
Orgullo que impulsa progreso, celebrando la diversidad como motor económico
Por: Emmanuel Camargo.
Cada junio, las calles se llenan de colores, celebraciones y reflexiones. El mes del Orgullo LGBTI no solo es un acto simbólico de visibilidad y resistencia, sino también una oportunidad crucial para reconocer el papel transformador que las personas LGBTI desempeñan en la economía global, pero puntualmente en la economía de nuestra casa común: Bogotá.
Durante años, las personas de los sectores sociales LGBTI han enfrentado barreras estructurales que limitan su acceso a empleos dignos, financiamiento para emprendimientos y representación en espacios de decisión económica. Sin embargo, también se ha demostrado una resiliencia y creatividad admirables, impulsando industrias como la moda, la tecnología, el turismo inclusivo, la cultura y la innovación social, enviando un poderoso mensaje al mundo entero “aquí estamos y aquí seguiremos”.
Los emprendimientos liderados por personas LGBTI no solo generan empleo: también generan impacto. Promueven modelos de negocios más diversos, equitativos e inclusivos. Además, estudios han demostrado que las empresas con políticas de inclusión LGBTI+ no solo mejoran su reputación, sino que también incrementan su productividad y retención de talento, buscando así cada día no solo visibilizar la diversidad, sino también reivindicar a las personas LGBTI en sus luchas, promoviendo cargos de poder y de toma de decisiones entendiendo que solo así se avanza hacia una sociedad más digna, justa y libre de prejuicios o estereotipos.
Por ejemplo, un estudio de Marquette University señala que las empresas con personas LGBTI+ en posiciones de liderazgo senior reportaron un mejor desempeño general, prácticas de recursos humanos de alto rendimiento y una mayor responsabilidad social y ambiental. Una investigación publicada en MDPI indica que la presencia de ejecutivos LGBTI+ en la alta dirección está asociada con un mayor valor de la empresa, tanto de manera directa como indirecta a través del desempeño financiero, al mejorar la reputación y el compromiso de empleados y clientes.
Celebramos, pero también invitamos a promover acciones concretas, porque son estas las que verdaderamente promueven la inclusión laboral, económica y social, son los hechos los que definen qué tan rápido o que tan lento avanzamos hacia un mundo en el que la diversidad sexual y de género no cueste perder empleos, familias, amigos o, inclusive, la vida.
Celebrar el Orgullo es también recordar que la igualdad no debe ser solo un valor ético, sino una estrategia de desarrollo. Gobiernos, empresas y organismos multilaterales deben asumir compromisos reales para cerrar las brechas económicas que afectan a la población LGBTI, garantizando acceso a crédito, capacitación, empleo formal y participación en cadenas de valor.
Este mes no es solo una fiesta: es un llamado a la acción a construir sociedades en las que ser quien eres no sea un obstáculo, sino un impulso. Porque cuando las personas LGBTI prosperan, toda la economía avanza.