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Pequeños cambios, grandes resultados: cómo los hábitos atómicos pueden ayudarnos a ahorrar agua

Glosario:

Hábito: rutina o conducta que practicas con regularidad y, en muchos casos, de manera automática. Tus hábitos pueden ser negativos o positivos, dependiendo de si te acercan o alejan de tus objetivos y bienestar.

Sistema: serie de acciones diarias que, al repetirlas consistentemente, se establecen como series de hábitos.

En tu día a día, a menudo pasas por alto la importancia de pequeños cambios que, con el tiempo, generan un impacto significativo. Este es el enfoque central del libro “Hábitos Atómicos” de James Clear, donde se resalta cómo tus acciones pequeñas y consistentes pueden transformar tu vida. En esta ocasión, vas a aplicar esta poderosa idea a un tema crucial: el ahorro de agua en tu oficina y hogar.

James Clear sostiene que los hábitos, tanto buenos como malos, son el resultado de tu entorno y de sistemas bien o mal diseñados. Para lograr cambios duraderos en el consumo de agua, no basta con proponerte metas generales; debes enfocar tus esfuerzos en la creación de sistemas que faciliten el comportamiento deseado.

Los hábitos atómicos se construyen a través de pequeñas acciones que se vuelven automáticas con el tiempo. Por ejemplo, puedes empezar a restar cinco minutos del tiempo promedio que tardas en bañarte y ayudarte con un temporizador. Puede parecer un cambio insignificante, pero a lo largo de un año será un ahorro considerable. 

La clave está en hacer estos cambios pequeños, obvios, atractivos, fáciles y satisfactorios, siguiendo las cuatro leyes del cambio de comportamiento propuestas por Clear.

Primero, hazlo obvio. Identifica los momentos en los que más agua desperdicias. Presta atención a cada vez que dejes la llave abierta sin necesidad -al cepillarte los dientes, enjabonar tus manos, lavar alimentos o limpiar los platos, por ejemplo-. Y ubica recordatorios visuales cerca de los grifos para que evites desperdiciar agua. 

Segundo, hazlo atractivo. Comparte el esfuerzo de ahorro de agua con tus compañeros de trabajo y familia. Convierte el ahorro de agua en un desafío grupal, donde todos puedan ver el impacto positivo de sus acciones colectivas. Al convertirlo en una actividad socialmente gratificante, es más probable que todos se sumen al esfuerzo.

Tercero, hazlo fácil. Opta por lavar cargas completas de ropa en lugar de pocas piezas a la vez o prueba programando un nivel menor de agua al habitual, puede que te sorprendas. Estos cambios no solo son simples de implementar, sino que también hacen que el ahorro de agua sea un proceso automático y sin esfuerzo.

Plus: coloca un balde en la ducha para recolectar el agua fría si vas a esperar a que se caliente. Luego, usa esa agua para tareas como regar las plantas o limpiar el piso. Este método no requiere ninguna inversión y es un cambio sencillo que ayuda a reducir el desperdicio de agua de manera efectiva y sin complicaciones.

Cuarto, hazlo satisfactorio. Usa recursos visuales, como un calendario de cumplimiento, y celebra tus pequeños logros alcanzados. O puedes llevar un registro mensual del recibo del agua para monitorear la reducción de tu consumo y el impacto en el costo de la factura. Ver el progreso y el impacto de tus esfuerzos hará que te sientas motivado o motivada a continuar.

Pero, oye, ¡esto es importante! Recuérdalo: al interiorizar estos principios, no solo cambiamos nuestras rutinas diarias, sino que también cambiamos nuestra percepción de nosotros mismos.

Al final, lo que Clear enfatiza es que no se trata solo de cambiar lo que hacemos, sino de transformar en quiénes nos convertimos. Adoptar una identidad de personas responsables y conscientes del medio ambiente fortalece nuestro compromiso con el ahorro de agua. Cada acción que tomamos en favor del medio ambiente es un voto por la persona que queremos ser.

Así, estos pequeños hábitos no solo nos ayudan a ser más eficientes en nuestro consumo, sino que también promueven una cultura de sostenibilidad en nuestras comunidades laborales y personales. Siguiendo los principios de los hábitos atómicos, puedes transformar tu comportamiento y hacer del ahorro de agua una parte natural de tu vida. Cada gota cuenta. 

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